SOS Delfines critica la llegada de los cuatro delfines al Rancho Texas

España sigue siendo el número uno en explotación de cetáceos. Esta actividad desfasada se le metió a Nicolás López, propietario del Rancho Texas, hace algunos años, y ha hecho todo lo posible por llevarla a cabo: desde construir sin tener las licencias correspondientes, hasta enviar a sus representantes a las escuelas para engañar a los niños sobre su idea.

Después de mucha polémica sobre los permisos que se le concedieron para poder construir el delfinario en suelo rústico, después de las miles de personas que mostraron su rechazo a través de la campaña #StopDelfinarioLanzarote y otras, después de que millones de personas se manifiesten año tras año en la jornada de #EmptyTheTanks contra la cautividad de los cetáceos, después de varios intentos de hacerle entrar en razón y explicaciones científicas e incluso económicas sobre lo inapropiado de este proyecto; el Rancho Texas ya tiene a sus delfines.

Los 4 animales llegaron el sábado en avión desde Alemania hasta Lanzarote. Se trata de 4 machos, todos nacidos en cautividad: Diego y Darwin, nacidos en 2011 en el zoo de Duisburg; Kai, nacido en Hardewijk en 2010 y trasladado a Nuremberg en 2013; y Noah, nacido en 1993 en Nuremberg.

En las noticias publicadas por los respectivos zoos, declaran que el traslado de los animales se ha hecho siguiendo una recomendación del Programa Europeo de Especies Amenazadas, que en teoría vela por fines conservacionistas.

Cuatro machos para reproducción

Cuatro machos para mejorar un programa basado en la reproducción selectiva de los animales. Es decir, si es cierto que las razones para trasladarles son esas, los 4 animales serán sometidos a continuas extracciones de semen para suministrar a otros delfinarios que el programa en cuestión indique, para proceder a la inseminación artificial de hembras.

Por otro lado, si estos animales se han trasladado con este fin; entonces no deberíamos esperar verlos actuar en espectáculos de entretenimiento en el zoo. Si así fuese, la coordinación del programa quedaría totalmente en evidencia y demostraría lo que muchos ya sabemos, que este tipo de programas son tan solo una excusa para que los zoos, pertenezcan o no a asociaciones como la EAZA o la EAAM, puedan explotar delfines amparándose bajo el paraguas de la ciencia y la conservación.

El Rancho Texas es un zoo que, por ejemplo, también realiza espectáculos con sus leones marinos, permite a la gente abrazarles para sacarse fotos con ellos, intenta hacer creer a los visitantes que los tigres blancos son objeto de conservación y que incluso hace ridículos números de aves montando en bicicleta dentro del mismo recinto donde el público va a comer.

Con la apertura del delfinario, el propietario debe esperar un aumento en las visitas, que evidentemente el zoo necesita, pero todavía no ha entendido que el público está cada vez más informado y concienciado.

Con santuarios reales para cetáceos cada vez más cerca (Whale Santuary Project, Italia, Grecia e incluso Acuario de Baltimore o Merlin), invertir en estas construcciones para mantener delfines en cautividad, no tiene ningún sentido. Si el señor Nicolás quiere, como ha repetido una y otra vez, rescatar delfines; que se interese por conocer los detalles e invierta en estos proyectos de santuario en lugar de fabricar sus propias piscinas, carentes de cualquier cosa de las que necesita un delfín para estar bien.

(Por SOS DELFINES).

(Imagen de portada: foto de archivo del comienzo de los trabajos de finalización del delfinario lanzaroteño).

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