Muere Manuel Díaz Rijo, el padre de la desalación del agua en Lanzarote

«Se me ocurrió pensar que Lanzarote era una especie de buque anclado en el Atlántico y que podría aplicársele las mismas soluciones que ya experimentaban en otros lugares para desalar agua»; así hablaba Don Manuel Díaz Rijo en su pregón de Los Dolores en 2011, en el municipio donde nació.

Rijo, que falleció en Madrid este miércoles a los 88 años de edad, es considerado el impulsor de las primeras potabilizadoras de agua de mar que se instalaron en la Isla hace más de cinco décadas; justo después de los críticos años vividos al inicio de la década de los sesenta, una necesidad que obligó a afinar el ingenio.

En 1965, cuando empezó a circular al agua, el mar se convirtió en la principal fuente de agua de Lanzarote y con ello comenzó el desarrollo de la Isla, exhibiendo desde entonces la aportación al desarrollo insular que hizo el avispado ingeniero, que luego le dio nombre a la principal central lanzaroteña.

Díaz Rijo marchó bien joven a la Península, donde estudió en Orense y Madrid; y aquí se doctoró en ingeniería naval. Precisamente allí fue cuando comprobó que los grandes barcos de pasaje y de guerra ya no transportaban agua dulce en tanques, sino que la iban fabricando a medida que navegaban. Él también se fijó en un proyecto de la Westinghouse Electric Company y, tras varios viajes a Nueva York, se llegó a un acuerdo para su instalación. Esa fue la idea que luego desplegó en su tierra natal para crear la primera desaladora de Lanzarote y de Canarias.

Luego llegarían años de trabajo codo a codo con muchos lanzaroteños, que se sumaron con ilusión a un proyecto que cambiaría sus vidas y las de sus familias ya que, como él decía, a partir de entonces sólo con abrir el grifo se acababa «el agobio producido por la escasez de agua», dijo una vez.

Para muchos fue el mejor directivo que pasó por Inalsa, la empresa pública que gestionaba el agua. Siempre reconoció que no fue capaz de predecir el cambio social, cultural y económico que iba a tener su Isla con el desarrollo del proyecto de desalación del agua de mar. Fue uno de los artífices empresariales de Termolansa.

Hoy más que nunca es recomendable la relectura de su libro sobre cómo fue el proceso que permitió crear aquí la primera potablizadora para uso público de Europa, un hito tecnológico histórico que tuvo que sortear varias dificultades técnicas, económicas y políticas.

Han sido múltiples las muestras de condolencia institucionales emitidas tras conocerse la muerte de Manuel Díaz Rijo, entre ellas las del Ayuntamiento de Arrecife, la del Cabildo lanzaroteño, del Consorcio del Agua insular, de Podemos Lanzarote, la dirección socialista en la Isla, del Partido Popular, o del Consejo Regulador del Vino de Lanzarote. La Cámara de Comercio de Lanzarote recordaba que también fue promotor de la industrialización de la primera bodega de la isla, Bodegas Mozaga, un hecho que le valió el reconocimiento como padrino de este momento en el que se pretendía el lanzamiento internacional de los vinos de Lanzarote. Desde Alternativa Ciudadana quisiéramos recordar «el tesón y la inteligencia» de Manuel Díaz Rijo; «fue un antes y un después en el desarrollo insular», señalaron desde AC. Desde Somos Lanzarote apuntaban, por ejemplo, que Díaz Rijo “constituye un ejemplo del espíritu de superación demostrado por un pueblo, el isleño, que cuando cree en sí mismo, desde el empeño y el inconformismo, es capaz de superar las adversidades y convertirse en referente”.