La independencia del Puerto, clave para crear empleo, según la Cámara
En la línea estratégica de diversificación económica planteada esta semana por la Cámara de Comercio de Lanzarote, la independencia portuaria ocupa un lugar destacado.
Según la Cámara, el Puerto de Arrecife, administrado por los lanzaroteños, supondría un elemento de reactivación económica ya que defendería otros intereses distintos a los que actualmente gestiona la Autoridad Portuaria de Las Palmas, aclaran.
El Puerto autónomo (LanzarotePort), explican, vendría a facilitar la implantación de empresas vinculadas a la Economía Azul, uno de los objetivos para alcanzar la diversificación económica que se propone.
En concreto, el plan se basa en cuatro aspectos básicos: la formación, el puerto, la economía verde y la agilidad en las administraciones públicas.
Señalan a la Educación y la Formación en materias específicas vinculadas a nuevos yacimientos de empleo, que den respuesta a las necesidades de las empresas e incluso se adelanten a estas para generar oportunidades y fomentar un tejido empresarial innovador, capaz de ejercer una función tractora de otras actividades. Para ello, es preciso contar con un Centro Integrado de Formación Profesional, han reiterado en varias ocasiones.
Otra de las patas de esta mesa de reactivación sería la Economía Verde, que además de contemplar las energías limpias y un concepto bioclimático, incluye también al sector Agro. Inclinarse hacia el cultivo ecológico y a la transformación de la materia prima con un valor diferenciado.
El cuarto elemento del puzle depende de las administraciones públicas y de su capacidad a la hora de agilizar los trámites necesarios para favorecer la creación de empresas y fomentar la economía local.
De acuerdo con la “Estrategia Lanzarote 2020” se trata de importar lo menos posible fomentando el consumo de productos locales”, asegura el presidente de la Cámara, José Torres Fuentes, “y como aspiración recuperar la esencia exportadora de productos diferenciados que ha tenido Lanzarote antaño, tales como la barrilla, la cochinilla, la cebolla, la batata, el vino, el grano, la pesca fresca y la pesca procesada, pero en una versión 2.0. Productos de calidad transformados”, declara.
