El Domingo de Ramos abre un tiempo de alta participación en la Iglesia
Lo de las celebraciones religiosas viene siendo como el Teatro; parece estar permanentemente en crisis, pero el día de estreno no hay sitio libre en la platea.
Así nos encontrábamos la Iglesia de San Ginés en Arrecife durante la celebración del Domingo de Ramos, unos minutos después de la multitudinaria procesión.
Cientos han sido los feligreses que acudieron a recoger esos ramos de olivo -también de especiero- o de palma, que son tan propios de esta jornada que conmemora la entrada de Jesucristo en Jerusalén, a lomos de un pollino, uno de los actos más multitudinarios de la Semana Santa.
Algunos, simplemente los recogían –ya bendecidos, claro, y se marchaban; otros, permanecían en la atestada basílica escuchando el sermón del párroco Miguel Hernández. Otros, fuera, daban un chance a los más pequeños, que no quedaban quietos mucho rato en el templo.
Hizo mención el cura a la importancia de estas fechas para los cristianos, y los animó a seguir apoyando su fe en unos días muy significativos para estos creyentes.
Se abren días muy marcados en el calendario de la Iglesia, un tiempo cuaresmal que, de nuevo, en Lanzarote muchos vivirán alternando el trabajo, la playa, el ocio y la Fe.